La liga Borgia

Un folletín pulp ambientado en el Renacimiento italiano.

Una novela por entregas escrita con espíritu de cómic y técnica de mitología creativa.

Un puzle caprichoso y juguetón.

Un homenaje a algunas de mis novelas y de mis autores favoritos.

53 capítulos. 53 días. Un capítulo cada día.

La liga Borgia nació con dos retos bajo el brazo. El primero, el publicarla por entregas, a modo y manera de los viejos folletines. El segundo, el que constituyera un inmenso fresco-homenaje a algunos de mis libros y autores favoritos. Hubo, si cabe, un tercer reto. Puesto que el ámbito en el que deseaba moverme era el de la novela de aventuras y puesto que siempre he estado enamorado del Renacimiento italiano, mi intención era que todos los personajes fueran hijos del siglo XVI. Como deseaba utilizar la técnica de la mitología creativa y mezclar personajes reales históricos con todo un ejército de personajes ficticios robados de otras obras y convenientemente reinterpretados, dediqué mucho tiempo a buscar los personajes ideales para formar parte de la liga Borgia. Hay que decir que la lógica cronológica (valga el retruécano) en el caso de algunos personajes robados queda ligeramente en fuera de juego, pero estando por medio el duque Próspero o el doctor Fausto todo es posible. Hablamos de magia. No hay que olvidar, tampoco, que la novela es el territorio de la fantasía y de la imaginación. Por eso siempre apelo a mi gurú literario de cabecera. Decía Borges que “a la realidad le gustan las simetrías y los leves anacronismos”. También justificaba a veces sus artefactos literarios con la excusa de “ocasionar el plebeyo placer del anacronismo o (lo que es peor) para embelesarnos con la idea primaria de que todas las épocas son iguales o de que son distintas”. Ah, y por supuesto no puedo olvidar una máxima que repito con desconcertante asiduidad: “La certidumbre de que todo está escrito nos anula o nos afantasma”. En fin, sirva al menos como disculpa que La liga Borgia no es más que un artefacto caprichoso, una travesura, un juego. Lo único que resulta lícito a estas alturas es pedir perdón a los verdaderos hacedores de este truco de magia, a los padres de las criaturas a las que mi capricho ha querido enredar para salvar el mundo. Agradecimiento eterno a los señores William Shakespeare, Christopher Marlowe, Lope de Vega, Francisco Delicado, Nicolás Maquiavelo, Robert E. Howard, Emilio Salgari, François Rabelais, Bram Stoker, Rafael Sabatini y Pedro Víctor Debrigode. Se podría hablar de muchas otras referencias que afectan a personajes secundarios (y aquí los señores Tolstoi o Cunqueiro tendrían mucho que decir) y también de un puñado de obras ambientadas en el Renacimiento italiano que han servido de inspiración para este viaje que concluye aquí. No quiero olvidarme, en fin, de tres personas fundamentales para que este barco llegara a buen puerto: mi agradecimiento infinito a Victoria Debrigode, a Alma Leonor y a Maribel Carnicero.

El 4 de noviembre de 2021 se publicó el primer capítulo de La liga Borgia en laligaborgia.wordpress.com. Cincuenta y tres días después, el 26 de diciembre de 2021, terminaba este apasionante viaje.

 

 


© Vicente Álvarez 2024